La siniestralidad laboral es la frecuencia con que se producen siniestros con ocasión o por consecuencia del trabajo, es decir, el índice o cantidad de sucesos ocurridos en el trabajo que producen daños o pérdidas materiales considerables.
Desde hace casi una década, las empresas que colaboran en disminuir esa frecuencia en los siniestros reciben un “premio” en forma de reducción de las cotizaciones, si bien este año se ha modificado su regulación a fin de aligerar los trámites para su obtención, aunque la nueva normativa se aplicará al incentivo del ejercicio 2017 que se solicitará el año que viene.
El “premio” consiste en un porcentaje de reducción de cuotas por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.
El porcentaje será de hasta el 5% de las cuotas por accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, que puede llegar hasta el 10% si se ha invertido en acciones complementarias de prevención de riesgos. Ahora bien, en empresas pequeñas cuya cotización por las referidas contingencias es inferior a 5.000 euros, todavía este año la reducción es de 250 a 500 euros y el año que viene se les aplicarán los porcentajes.
La reducción se solicita siempre con referencia al ejercicio o ejercicios anteriores, entre el 15 de abril y el 31 de mayo de cada año.
¿Por qué sobre las contingencias profesionales? Porque esa parte de la cotización se calcula en función de la siniestralidad que tenga cada actividad económica, es decir, es diferente en función de los riesgos existentes en cada empresa. Lo que convierte el incentivo en un estímulo y un instrumento muy eficaz de cara a la prevención de riesgos laborales.